Conoce Gran Canaria
Situación: Municipio del oeste de Gran Canaria.
Superficie: 123,58 kilómetros cuadrados
Altitud: 33 m
Habitantes:
Distancia a la capital: 8.633 habitantes (Fuente: INE, Revisión de Padrón Municipal de Habitantes, 2012)
Web del ayuntamiento: http://www.laaldeadesannicolas.es/
La Aldea de San Nicolás, al oeste de la isla, cercada por acantilados y barrancos, conforma el municipio situado en el extremo más occidental de Gran Canaria; se alarga de Norte a Sur en una irregular franja de 139 kilómetros cuadrados, en la que viven unos 8.300 habitantes. Se trata de una unidad geomorfológica de gran belleza paisajística y de un extraordinario interés científico. Su medio físico ha condicionado sus actividades socio-económicas y ha influido en los procesos históricos que se han sucedido.
Poblaciones
El Hoyo, El Pinillo, Castañeta, La Cardonera, Ariejuez, Las Marciegas, Las Tabladas, Los Cercadillos, Los Espinos, Molino de Agua, Molino de Viento, Tasarte, Tasartico, Tocodomán, La Playa, Tarahalillo, El Cruce, El Barrio, Los Cardones, Los Llanos, La Cruz, Los Pasitos, Cuermeja.
Mapa del Municipio
Ver mapa más grande
Las Fiestas Patronales de San Nicolás se desarrollan entre los días 1 y 15 de Septiembre con una procesión del Santo por las calles principales de La Aldea de San Nicolás, para finalizar con una romería-ofrenda al Patrono, en la que se dan cita el folklore, la mejor artesanía y la gastronomía de la villa.
El día previo a la fiesta tiene lugar la Bajada de La Rama, originaria de los aborígenes canarios, que bajaban de las altas cumbres hasta el mar en tiempos de calamidades y sequías para pedir lluvia.
Y, finalmente, el 11 de septiembre se celebra la singular Fiesta del Charco, que revive la costumbre del antiguo pueblo canario de embarbascar (técnica de pesca aborígen) en los charcos costeros, y a la que acuden muchos visitantes de otros municipios de la Isla.
Las Fiestas del Carmen, el 16 de julio, también son muy populares en La Aldea, ya que esta virgen es copatrona del municipio y su veneración está muy arraigada en el municipio.
En la época de Carnaval, La Aldea de San Nicolás ha recuperado los elementos tradicionales como la mascarita, los trajes viejos, las caras tapadas con un velo o un pañito de barbilla, la caña en mano y un cestito. También los niños se disfrazan con pieles de cabra y se untan manos, piernas y caras de betún, a la vez que una persona mayor hace las veces de pastor. Otra de las fiestas que comienza a ser popular en la Isla son los Ranchos de Ánimas y de Navidad, manifestación cultural que ha sido recuperada en el municipio hace unos años, en la actualidad con un carácter más cercano al rancho de Pascua. Los ranchos de Ánimas son agrupaciones musicales que se hallaban enrraizadas en las cofradías de ánimas de los siglos XVII y XVIII.
Lugares de interés histórico cultural de La Aldea de San Nicolás
El municipio de San Nicolás de Tolentino no cuenta con grandes obras arquitectónicas puesto que, como hemos señalado con anterioridad, no se produce un desarrollo económico floreciente hasta las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI. Por tanto destacará fundamentalmente la arquitectura popular junto con algunos lugares de gran relevancia histórica y cultural.
-
Los Caserones: El legado artístico aborigen de La Aldea es muy importante debido, fundamentalmente a la rica colección de pintaderas e ídolos de barro y piedra conservados en El Museo Canario. Al mismo tiempo se hallan variados modelos de cerámica pintada procedentes de distintos yacimientos arqueológicos, sobre todo de Los Caserones, poblado que se extendía a ambos lados del Barranco de La Aldea y que sin duda constituyó uno de los asentamientos más importantes de la zona.
-
La Casa Nueva: Destaca entre las obras domésticas históricas por ser la residencia de los administradores del Marqués de Villanueva del Prado. Su construcción se inicia en 1676 y presenta los aspectos característicos de la vivienda noble barroca que en Canarias opta por el empleo del almohadillado con sobriedad y el gusto por el frontón roto sobre los huecos.
-
Arquitectura Popular: El municipio de La Aldea cuenta con importantes muestras de arquitectura popular, que refleja la evolución del estilo constructivo canario, de tradición andaluza, a lo largo del Antiguo Régimen. Podemos encontrar diferentes diseños, entre los que podemos destacar la casa de piedra y barro, de los siglos XVII y XVIII, las casas de balcón del siglo XVIII (Casa del Balcón, Casas Blancas y Casa del Corredor, en Tocodomán), y la construcción doméstica que se inicia en la segunda mitad del siglo XIX, o las casas terreras de principios de siglo y, por último, las casas con influencia del estilo ecléctico cubano como la Casa de las Columnas.
-
Arquitectura Industrial: Un importante ejemplo de arquitectura industrial debe destacarse las grandes obras de principios de siglo para el empaquetado de tomates, destacando la fachada de L´Almacén de Los Picos, en Los Llanos; el Almacén de la Casa Nueva en Jerez, con tres grandes naves con techumbre a dos aguas, cuya cubierta cuenta con la entonces novedosa plancha de zinc.
También de especial relevancia e interés son las antiguas eras de trillar, aeromotores y motores para extracción de agua, minas de agua situadas en el barranco de Tocodomán, molinos harineros de viento y de agua; hornos de brea etc., así como el alambique para la destilación de ron que funcionó entre 1936 a 1958, en la Playa de La Aldea.
El municipio de La Aldea estuvo densamente habitado por los aborígenes, localizándose un importante asentamiento poblacional, que se extendía por la cuenca principal y a lo largo de sus barrancos. El mencionado Valle debió poseer un considerable número de individuos, puesto que se han hallado numerosos restos en Furel, Los Caserones, El Lomo de los Caserones, la Caletila, El Parador, El Roque y La Gambuecilla. Grau-Bassas hace referencia a este aspecto al señalar que "... ocupan una considerable extensión que yo calculo en dos kilómetros cuadrados a la margen derecha del barranco desde su orilla hasta el pie de la montaña de Carrizo" (GRAU BASSAS Y MAS, V.: Viajes de Exploración a diversos sitios y localidades de la Gran Canaria, 1980, p. 42.